Irene, una joven española ávida de encontrar respuestas sobre la realidad cubana, viaja hasta La Habana sin imaginarse que saldrá desengañada de su aventura al palpar de cerca el verdadero rostro de la dictadura castrista.

Hasta el momento, la muchacha soñaba con aquel paraje paradisíaco transmitido por la propaganda. Pero al encontrarse con Nelson, un poeta frustrado que mostrara lo que no revelan las postales turísticas, su percepción cambiará por completo.

El argumento corresponde a Irene en la Habana, cortometraje de ficción de Lilo Vilaplana, que tendrá su estreno mundial el martes 27 de noviembre en el teatro Manuel Artime. La entrada es gratuita.

Filmada clandestinamente en Cuba y con algunas locaciones en Miami, la película de 30 minutos parte de un guión del periodista Joan Manuel Cao.

Cuenta con las actuaciones de la periodista Irene Díaz, quien hace su debut como actriz de la mano Ariel Texidó, uno de los actores más versátiles de Miami. El elenco se completa con la participación de María Teresa Rojas, Sandra Pérez, Carlos Cruz y Luis Felipe Bagós.

Aunque no quiso entrar en detalles sobre la filmación en la capital cubana, “para proteger la identidad de las personas que colaboraron con el proyecto”, Vilaplana reveló a el Nuevo Herald que “varios miembros del equipo viajaron a La Habana desde varios países para no levantar sospechas”. Luego expresó que desde el primer momento le entusiasmó el reto. Sobre todo, por tratarse de una oportunidad para contar una historia que implica los fusilamientos, un tema distorsionado durante más de medio siglo por la voceros del régimen.

La Catedral, el Paseo del Prado, el Malecón y La Cabaña, donde se produjeron tantos fusilamientos en los primeros años de la revolución, figuran entre los escenarios habaneros por donde se desplaza la protagonista.

“Al castrismo hay que denunciarlo, porque ya son 60 años de impunidad, y es nuestra responsabilidad transgredir, no quedarnos callados. Tenemos que pasar a la ofensiva. Los mandamases tienen que saber que la isla nos pertenece a los cubanos y que la vamos a recuperar”, afirmó Vilaplana, cuya filmografؙía incluye la serie El Capo, el corto La muerte del gato y las dos temporadas de la serie Leyendas del exilio, entre otros trabajos.

Cao señaló que la concepción del guión fue un desafío por ser “la primera vez en que el tema central de una película cubana fuera la pena de muerte”.

“Ese tema ha gravitado sobre nuestras vidas durante seis décadas. Ya era hora de tocarlo. Pero lo más difícil fue evitar que la película se convirtiera en un panfleto político y que prevaleciera la historia de amor”.

Cao, que asumió la edición del filme, recordó el material grabado se sacó de Cuba en varias copias y por diferentes vías “para evadir cualquier confiscación”.

Por su parte, Irene Díaz confesó que la filmación en La Habana y Miami fue una experiencia transformadora.

“Participar en este proyecto supuso salir de mi zona de confort, experimentar en un área desconocida y romper con la rutina”, dijo Díaz, conocida como presentadora de los segmentos de entretenimiento del noticiero de América TeVé.

“Puedo decir que, en algunos aspectos, el personaje podría haber sido yo antes de trasladarme a vivir a Miami”, agregó.

La coproducción de América TeVé y Vilaplana Films estuvo a cargo de Emilio Braun, Miguel Cossío, Marcell Felipe y Carlos Vasallo, presidente de América CV Network, quien destacó que la película reafirma el compromiso de la estación con la historia del exilio cubano y la comunidad del Sur de la Florida.

“Nos sentimos orgullosos de producir este cortometraje, que marca un hito en la filmografía cubana”, comentó Vasallo. “Nos arriesgamos a filmar clandestinamente en Cuba y ahí vemos el fruto: una obra única que demuestra que cuando se quiere, se puede”.

Fuente: elnuevoherald.com