No son las imágenes de Plantadas mera recreación del pasado sino recordatorio de la prisión política y la violencia estatal que aún viven mujeres cubanas
MIAMI.-Una ovación recorre la sala de cine cada vez que una actuación o un testimonio conmociona a los espectadores de Plantadas, la película de Lilo Vilaplana que, rodada entre agosto y diciembre de 2022, devela en la gran pantalla las historias de presas políticas cubanas a partir de 1959.
Se trata de mujeres que padecieron el ensañamiento del régimen de Fidel Castro aun habiendo sido, en algunos casos, quienes se articularon para sacar del poder a Fulgencio Batista.
Al habla, Ana Lázara Rodríguez, rememora, “fui presa política por 19 años”, y con esa frase basta. “Pasé 83 días en Villa Marista”, explica Carmen Arias, otra de las prisioneras del régimen. Una tercera mujer profundiza en que las suyas son historias que, quien las vive, “piensa que las ha olvidado, pero todavía permanecen ahí”.
Son las mencionadas, algunas de las memorias que comparte Plantadas, en homenaje a las presas políticas cubanas víctimas del castrismo, y que, ante el 8M, cobran mayor sentido si se revisan patrones y tendencias dirigidas exclusivamente hacia las mujeres en el presidio político. Violencia de Estado pero también violencia de género que abarca desde acoso sexual hasta falta de acceso a productos para la higiene íntima.
Sin embargo, no son estas imágenes solo una recreación del pasado sino un recordatorio de la prisión política y la violencia de Estado que en el presente viven las [y los] manifestantes del 11J.
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Teresa Rodríguez sostiene en sus manos una pancarta en la que se lee: “137 mujeres presas políticas en Cuba”. Como complemento desesperado para quienes ignoran su pedido textual, alza su voz en las calles de Barcelona por las presas políticas, incluida su hija Mackyani Román.
Este 8M de 2023, Rodríguez se plantó frente al consulado de Cuba en la capital de Cataluña para exigir también la liberación de sus dos hijos varones, uno de ellos menor de edad cuando protestaba en Cuba en julio de 2021. Están presos —como Mackyani— desde aquellas fechas en que salieron a manifestarse en el sureño municipio de Arroyo Naranjo y vieron morir, delante de ellos, a un civil herido de bala por la Policía.
Actualmente Teresa, después de haber cruzado fronteras por Europa del Este y Europa Occidental, está en Barcelona con un cartel que pide, también, la excarcelación de las presas políticas. El camino no fue fácil pero ahora está en un país en democracia desde donde continúa haciendo activismo por sus hijos, vecinos y en general por las personas privadas de libertad en Cuba por motivos políticos.
En particular, Teresa salió el Día Internacional de la Mujer a recordar que su hija y otras mujeres, entre ellas once firmantes de una carta dirigida al Vaticano, están presas por ejercer derechos humanos y libertades fundamentales. La decena de mujeres suscribe con una huella dactilar impresa en sangre que apoyan y esperan la mediación de la Iglesia para que les sea rehabilitada su libertad. Ellas son: Rosa Jeny Mello Espinosa, Angélica Garrido Rodríguez, Maria Cristina Garrido Rodríguez, Yunaiki Linares Rodríguez, Gloria M. López, Mailene Noguera Santiesteban, Lizandra Góngora Espinosa, Yessica Cohimbra Noriega, Odett Hernández Cruzata y Mariurka Díaz Calvo.
El manuscrito fue concebido y escrito de forma clandestina en la prisión para mujeres de Occidente, conocida como El Guatao, en La Habana. Lo divulgó la periodista independiente Mónica Baró a través de su página de Facebook.
“La sangre simboliza nuestro sacrificio y entrega a la causa cubana, y la firmeza de nuestros ideales”, escribieron.
“Exigimos al régimen de La Habana que respete y cumpla lo dispuesto por el máximo pontífice de la Iglesia Católica, el papa Francisco, quien a través de su emisario envió su deseo y ordenanza para nuestra liberación”, se lee en el documento, en referencia a la reciente visita a Cuba del cardenal Beniamino Stella, quien reafirmó el “deseo del papa” de que los encarcelados obtengan libertad, ya sea mediante indulto, clemencia o amnistía porque, dijo, “las palabras pueden ser secundarias”.
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De acuerdo con los registros del grupo de trabajo Justicia 11J, que monitorea detenciones por motivos políticos en Cuba, son 57 mujeres manifestantes de julio de 2021 se mantienen encarceladas. Estas se suman a otras 11 que protestaron a lo largo de 2022 y también se hallan privadas de libertad, así como a mujeres disidentes que ingresaron a los penales antes del estallido del 11J.
Un reciente informe presentado a la ONU por la ONG Prisoners Defenders, eleva la cifra a más de un centenar de mujeres (137 según, también, una actualización del 6 de marzo de la organización Cubalex) expuestas asimismo a la violencia de género.
Por todas ellas, organizaciones femeninas dentro y fuera de Cuba hicieron una convocatoria internacional para el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, exigir en distintas ciudades del mundo la liberación de las prisioneras políticas cubanas.
El llamado surgió porque en territorios como Madrid, Nueva York, Miami y Barcelona, se estaban gestando convocatorias. “Lo que hicimos fue tratar de unirnos en un frente común para divulgar los lugares y tratar de que las personas se animaran, en dependencia de donde estuviesen, a realizar su propia manifestación en contra de la falta de libertades en Cuba”, dijo a Radio Martí la activista Yanelis Núñez, radicada en Madrid.
Los carteles que se llevaron a las manifestaciones dan cuenta de los 17 feminicidios registrados en Cuba en las primeras nueve semanas del año, retoman el pedido de una Ley Integral de Género en el país y la alerta de emergencia por violencia de género.
En el centro de todo esto, las activistas cubanas en el exilio colocaron, el 8M, a las mujeres que, salvando las distancias, están hoy en el presidio político. Resuena en ello la voz de cada actriz de Plantadas en su estreno durante el XL Festival Internacional de Cine de Miami. Alina Robert, Claudia Tomas, Rachel Vallori, Yuliet Cruz, Lily Rentería, Larisa Vega, Amarilys Núñez, Juanita Baró, Vivian Ruiz…
Con guion de Ángel Santiesteban-Prats, Ninoska Pérez Castellón y Vilaplana, quien compartió dirección con su hijo Camilo, el filme deja frases que estremecen: “Nosotras somos presas políticas”; “a las mujeres no les hacen nada en ningún lugar del mundo”… Frases dichas en celdas, en las tapiadas, en momentos de electroshock, durante violaciones sexuales, etc.
“Cualquier persona que vea esta película y sea cubano y no le afecte es un ser humano que no tiene corazón ni conciencia”, dijo al respecto el comisionado de Miami, Joe Carollo, quien tras el estreno conminó a los cubanos a asistir a las salas de cine a ver el filme. “Ver el sufrimiento de estas señoras, de miles como ellas, me afectó profundamente. Estas mujeres que tenemos aquí tienen más coraje que la gran mayoría de los hombres en el mundo”, dijo, y en esto coincidió con Mario Chanes de Armas, preso político plantado durante 30 años.
“Jamás se ha maltratado a las presas políticas con tanta crueldad como a la mujer cubana; espantosa fue y aún es la odisea que estas heroínas han sufrido. En sus interminables años de cautiverio, lo entregaron todo por la libertad de la patria: hogar, juventud, vida. Para ellas nuestro eterno respeto y agradecimiento”.
@cabezamestiza